EN EL GYM CON MI INSTRUCTOR (GAY DUCHAS)



En pocas semanas tendré un torneo, por ello me encuentro entrenando por lo menos 2 horas diarias en el gimnasio, al lado de aquellos narcisos que complementan sus cuerpos con las maquinas, (por ende, yo también soy igual a ellos); ese es otro motivo por el cual me gusta entrenar tanto. Actualmente, me encuentro en la universidad, fuera del alcance de mi familia homofóbica, entonces no está de más observar uno que otro chico sexi y deleitar los ojos. Hay muchos en la lista, pero lamentablemente no podría tenerlos a todos.

He estado mirando un cuerpo delicioso entre las maquinas, y él igualmente me ha observado. De solo pensar en lo que podríamos hacer me excito mucho y me decido a levantarme para empezar la casería de ésta noche, pero antes me debo relajar, no puedo atravesar todo el gym mostrando mi erección… ya calmado me dispongo a ir hacia él, pero antes, llega quien parece ser su novia y le besa muy simplemente en sus labios; ¡¡¡Diablos!!! Si yo fuese ella, le besaría de tal modo que se diera cuenta la necesidad de sexo que tiene mi cuerpo. Él sigue en mi lista, reconozco esa mirada que me exige que lo penetre profundamente… pero por hoy se ha escapado.

Resignado a no poder suplir mis necesidades por un cuerpo bello, me dirijo hacia las duchas; después de tres horas es muy reconfortante un buen baño con agua tibia medio helada. Noto la soledad que me persigue, ha de ser por el horario en el que fui hoy.

Después de unos segundos baja uno de los instructores, un narciso más; es muy guapo, aparte que su trabajo es verse lindo y sexi, es algo que a los gays nos caracteriza. No puedo evitar imaginármelo bañándose al lado mío, con el agua cayendo en su rostro, con esa mirada de placer… Ufff… creo que cambiare a agua helada, la estoy necesitando urgentemente. Se dirige a la penúltima ducha, que es donde me encuentro y como la puerta solo llega hasta mi pecho, es inevitable saludarme de lejos, “Hola Jorge” le contesto e inmediatamente me volteo para seguirme duchando, pero con la imagen de mi verga entre su trasero.

Ya me encuentro más relajado y tranquilo, pero se ve interrumpido cuando escucho al instructor en mi puerta preguntando “¿Ese trasero es por el gimnasio o por el taekwondo?”, asustado un poco, de espaldas a él, miro hacia atrás para detallar mi trasero, le veo a la cara y no puedo soportar reírme; inmediatamente me volteo, miro mi entrepierna, le veo a los ojos que también miran hacia allí y seguido dice discretamente “wow”… (creo que voy a empezar a excitarme), rápidamente me acerco a la puerta y sin dejar mi mirada de sexo, le contesto con otra pregunta “¿Cómo sabes lo que practico?”, cosa estúpida, después de todo yo practico en una sala del gimnasio, aunque nunca he visto a mi instructor ahí. “Siempre te he observado” responde el narciso. Me rio inconteniblemente, observo que las duchas aun sigan solas y le hago la última pregunta de ésta conversación “¿Quieres pasar a mi oficina?”…

Después de dejar sus cosas en el locker, entra a la ducha y me besa agarrando al tiempo mi verga; se siente tan delicioso el masaje que le ofrece a mi entrepierna y la sensación de la adrenalina corriendo por mis venas, es el presentimiento que nos descubran lo que me encanta.

Es increíble el dominio que tengo sobre mi narciso instructor, esa facilidad de dejarse manipular me gusta; lo pongo enfrente del chorro de agua y con sus palmas sobre la pared donde se encuentra la llave de la ducha; empiezo a abrir su firme trasero con ambas manos y a saborear la línea media que tiene… observo hacia arriba y detallo una de las más hermosas cascadas que he visto, esa lluvia medio helada que cae y rebota sobre una marcada y muscular espalda, es una imagen muy bella, sin dejar a un lado el dulce sabor a sexo.

Después de introducir tres dedos en su ano, no quiero estar más abajo y me levanto suavemente besando su espalda por donde recorre tiernamente el agua. Saco suavemente mis falanges de su culo y sin poderme resistir, punteo su trasero con mi verga mientras muerdo y beso sus hombros y cuello. Él, muy inteligentemente, saca un seguro de su toalla y me lo pone con afán; (no olvidamos que en cualquier momento alguien puede entrar).

Comienza a humedecer mi verga con saliva, y al levantarse mi queridísimo instructor, yo igualmente humedezco su trasero. Con movimientos suaves empiezo a abrir su culo con mi verga, es una de las partes que mas me encanta hacer, y cuando la cabeza de mi hongo se encuentra adentro, mi narciso pone sus manos en mi cadera, todo para evitar que uno de mis impulsos lo lastime. Unos suaves pero masculinos gemidos se empiezan a escuchar cuando acaba de entrar completamente mi tranca en su interior, el placer se complementa con el riesgo y el peligro del momento.
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Mientras aumenta la velocidad de mis caderas, aumentan los sonidos del momentáneo amante, debo cubrir su boca con mi mano para evitar que sus gemidos nos revelen y él no puede impedir morderme, es rico sentir sus dientes y su lengua en mi palma, (es algo que me excita mucho mas). Lamentablemente esta vez debo tratar de acabar rápido, no quiero seguir con la exposición en la que me encuentro, (aunque es muy placentera), debo terminar. Después de unos minutos le exclamo a mi instructor que voy a regarme, entonces sin decir nada, saca mi verga de su trasero y la libera del seguro que tengo. En cuclillas, su boca se convierte en un veloz reemplazo para su culo, con la diestra toma su propia tranca para darle un lustre final y con la zurda toma mis huevos con suaves apretones de vez en cuando; tengo que admitir que ahí revelo su experiencia que precede a mi edad, (pues yo soy mucho más joven que él).
Luego de un momento expresa con su cuerpo y cerrando fuertemente sus ojos que había desarrollado su clímax. En segundos, después de darme el último impulso con esa espectacular escena, regué todo mi líquido proteínico sobre su lengua con un silencioso pero energético “¡¡¡UFFF!!!... ¡¡¡Siiiiii!!!”, es muchísimo más morboso ver como se toma su leche preferida como un buen niño lo haría.

Cuando me dispongo a salir de la ducha para dejar que el narciso instructor se bañe, observo que nadie este para poder salir con tranquilidad, (y me pregunto “¿Por qué Diablos no existe nada perfecto?”), he allí un amigo entrando y mientras mi reciente polvo se esconde tras la puerta, me saludan nuevamente de lejos, (pues estoy en la penúltima ducha), y siguen de largo, inmediatamente sale el narciso con sus cosas a la ultima cámara de sexo (ducha), y yo me dirijo a mi locker.

Ya vestido y completamente cambiado, salgo de allí despidiéndome de mi instructor que apenas se empieza a arreglar y que seguramente, al igual que yo, esperamos un nuevo encuentro; nuevamente las miradas juegan un rol crucial para una conversación gay.


Comentarios

Holmer ha dicho que…
Definitivamente exitante, no pare de estar arrecho mientras leia los tres relatos, son fascinantes, unikos y deliciosos jejeje...

Solo corregiria cosas de ortografia como "geis" y listo ya que con tu forma particular de nombrar las cosas y tu pasion a la hora de contar es deliciosamente entendible...ademas q puedo imaginarme todo ya sabras porq...

Gracias y pues trata de escribir mas seguido q yo seguire visitandote, un abrazo... ufffff