Culiando con otro pero sigues ahí (gay)

He dejado a mi novio en otra ciudad por mis vacaciones semestrales de la universidad y acá me encuentro con mi familia sin poder ser quien soy. Es totalmente estresante ver que los chicos lindos pasan y te hacen miradas para empezar una conversación (y luego sexo) y no poder, por el simple hecho de que soy reconocido en cada esquina.

Otro día más en el gym (lo único que me desestresa de ésta pequeña ciudad), y no hay otra motivación que no sea aquel chico guapo; es demasiado sexi, es todo un adonis dorado, su cuerpo definido con brazos fuertes, pechos grandes, cintura delgada y abdomen marcado con una línea en "V" que apunta hacia al placer, hacia el gozo, hacia el orgasmo y el clímax del sexo desenfrenado, su verga... Que delicia sería estar encima de él y él encima mío... Ufff... es mejor dirigirme al baño por algo de agua helada...

Vuelvo con mi rutina y pienso en aquel que está a unos cuantos cientos de kilómetros de distancia y que he empezado a amar incondicionalmente; está en mi mente todo el día, a cada hora, minuto y segundo... Odio esa sensación, solo quiero sexo y placer, y mi "novio" lo ha arruinado todo... Solo espero una señal que me haga despertar de esta pendejada llamada... ¿"amor"?... eso creo y detesto; aunque me guste, deseo solo sexo, después de todo, fue por lo que ahora estoy con él, mi "novio".

Aun me falta algunos ejercicios por terminar y el chico sexi del gym, el adonis, me ha empezado a determinar; los ojos de él no se desvían de los míos; ¿Sabrá él que me lo imagino en mi cama?; es lo más seguro, pues su mirada también expresa lo mismo. Después de un rato se dirige hacia mí y me dice – “Hola” – es difícil ignorar esa mirada pícara que me dice el deseo que tiene por besarme; igualmente le he contestado con un “Hola” en el cual se resbala una sonrisa sexual, que en conjunto traduce “Bienvenido ¿Quieres jugar?” y que sin duda alguna él acepta mirándome de arriba abajo y con una pequeña parada en el punto más bajo de mi “V” abdominal… La charla continúa hasta finalizar con su nombre junto al número el cual llamaré en la noche para un encuentro en su apartamento.

Al medio día, ya en la casa de mi madre, empiezo a dudar sobre el encuentro de la noche por ese pensamiento absurdo del “amor” y una llamada cambia mi rostro totalmente, es la alegría de escuchar a mi “novio” que suena un poco extraño y que minutos después es explicable su tono, me ha confesado que tuvo una noche apasionada con un total desconocido (nuestra relación es abierta pero no dejo de sentir celos). ¡¡¡Es la señal que tanto esperaba!!! Ahora no hay duda que estaré con aquel Adonis dorado.


Esa noche toco la puerta y al abrirla veo a ese cuerpo admirable con ese rostro hermoso y el conjunto de sensualidad que me ha llevado hasta ahí. Es tan delicioso ver como apurado me lleva adentro y cierra la puerta tan solo para darme un beso apasionado, un beso que me ha excitado hasta el último cabello. Me pregunta que si deseo algo, ¿Dios Gay que mas voy a desear que aquel que me excita y que sin duda alguna también se encuentra excitado?, riéndome y mordiéndome medio labio inferior, le veo a los ojos, no hay mas palabras, él ha entendido.

Dirigiéndonos a su habitación, con cada beso más excitante que el anterior y con cada vez menos prendas, siento el celular que se agita (no más que yo) pero que no emite ningún sonido, lo ignoro. Al llegar a la cama, la que tanto había deseado compartir con él (aunque no sea la mía) y aprovechando que se quita las ultimas prendas para solo estar en interiores, reviso quien me ha llamado… Diablos!!!... nuevamente domina mis pensamientos… solo trato de concentrarme en mi Adonis quien me excita en ese preciso momento, no me contengo mas y dejo que mis labios saboreen su cuerpo y como por arte de magia ya no existen aquel pedazo de tela que me impedía meter su gran verga en mi boca. Mientras lo complazco miro hacia su cara, su excitada expresión es fantástica.

Después el empieza a motivarme cada vez mas y mas, toca cada centímetro de mi cuerpo con una facilidad y con un grado de experiencia tan emocionante que no me resisto, cierro mis ojos de placer y al abrirlos veo que… Mi Adonis ya no está!!! En cambio esta mi amante preferido, el amante que no se ha ido de mi cabeza, ¿Qué hace mi “novio” acá?... no me interesa… estoy demasiado excitado para pensar en cosas que no sea sexo.

Él siempre sabe cómo hacerme gozar… Ufff… empieza a tocar mi trasero, ya sé que es lo que quiere, también sé cómo hacerlo gozar. Estoy encima del “amor de mi corazón” (cosa que nunca antes había sentido, ya que nunca antes había sentido mi corazón; solo mi verga y mi trasero) y quien había admitido su noche de sexo; nuevamente me dejo llevar y empiezo a besarlo apasionadamente mientras siento sus dedos húmedos en mi ano, (solo con él me ha encantado tener la verga entre mis nalgas, en mi interior, en mi culo)… Ahora me dispongo a asegurar su verga con mi boca (le pongo el condón hasta sentir que llega a mi garganta y esófago); ahora ¿Qué más puedo hacer?, solo sentarme suavemente en su verga mientras le veo a los ojos expresándole que lo amo (nunca pensé ser tan romántico o ¿patético?)…


Ya totalmente dentro de mí, empieza a moverse de tal manera que con cada movimiento me excita más y más, con cada pose más ingeniosa que la anterior e igualmente más excitante. Pasan los minutos explorando el placer y solo se escuchan unos gemidos míos de placer total y él diciéndome que siempre deseaba estar conmigo desde que me vio en el gym… nuevamente ¡¡¡Diablos!!!... Aquel Adonis regreso, me empiezo a desanimar al notar que no era aquel que se encuentra lejos de mí, pero después de un buen y excelente rato de sexo y de admirar su belleza; con un sonido de placer y una gran expresión en su cara de no poder mas, siento que está dando los últimos empujes de su verga contra mi trasero, yo ya no podía aguantar más placer, así que dejo que toda mi energía, todo ese liquido blanco y espeso salga expulsado violentamente sobre mi Adonis, quien excitadísimo abre su boca para que algo de mi placer contenido caiga allí, igualmente se esparce por su rostro y con pasar su lengua se limpia, absorbe toda la proteína alimenticia que puede…


Ya concluido todo me da un beso y me pregunta que si deseo repetir toda la noche nuevamente, le ha encantado, yo con una sonrisa fría e inemosional le digo – Ésta noche no –.

Mientras me visto, aquel Adonis va desapareciendo hasta convertirse en otro mortal mas, pero sin dejar de pensar en lo que había pasado (¿Cuando fue que recupere mis emociones las cuales estaban abandonadas?)

Ahora a punto de abrir la puerta, el mortal toma mi mano, me voltea, me da un último beso, (el cual lo sentí insípido), y dice – ¿Cuándo volveremos a vernos? – traducción “¿Cuándo volveremos a tirar?”. Y yo solo contesto – En el gym, claro está – traducción “NUNCA”… pero este “nunca” solo morirá con aquel que me ha dañado la noche, mi “novio”, mi “amor”

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